Ingredientes:
2 cebollas grandes
1 diente de ajo grande
1 hueso de jamón fresco
2 lonchas de jamón ibérico
pan del día antes, (mejor pan de payés o de pueblo).
2 cebollas grandes
1 diente de ajo grande
1 hueso de jamón fresco
2 lonchas de jamón ibérico
pan del día antes, (mejor pan de payés o de pueblo).
100 gr. de queso manchego curado
1/2 vaso pequeño de vino blanco seco
1 l. de agua mineral
aceite de oliva virgen extra.
Sal.
1/2 vaso pequeño de vino blanco seco
1 l. de agua mineral
aceite de oliva virgen extra.
Sal.
Preparación:
Se pelan y se lavan las cebollas, se trituran en la picadora eléctrica hasta que quede una pasta, (si hace falta se le añade un poco de agua para que se triture bien).
Se sala ligeramente y se sofríe lentamente con 3 cucharadas de aceite.Cuando esté a media cocción, se le añaden el vino y las lonchas de jamón ibérico cortadas a tiritas, se remueve y se deja que se termine de hacer todo. Una vez cocinado, se reserva.
Por otro lado, se pone una olla con el agua al fuego, se le añade el hueso de jamón fresco y el diente de ajo, una pizca de sal y se deja hasta que empiece a hervir. Una vez esté hirviendo, se deja la olla la fuego unos 30 minutos a fuego lento y tapado, para que el hueso de jamón y el ajo, dejen en el agua todo su sabor.
Una vez pasados los 30 minutos, se sacan el ajo y el hueso de jamón y se incorpora al agua, el sofrito de cebolla y jamón. Se deja hervir unos 10 minutos, se rectifica de sal si es necesario y ya tenemos el caldo listo para emplatar.
Para emplatarlo, ponemos en platos hondos o en cuencos, pan cortado a rebanadas, el queso rallado, cortado a finas láminas o virutas y encima de todo, echamos el caldo con la cebolla, removiendo antes el caldo para que no se quede la cebolla en el fondo de la olla.
Servir inmediatamente.
Vino recomendado:
Se pelan y se lavan las cebollas, se trituran en la picadora eléctrica hasta que quede una pasta, (si hace falta se le añade un poco de agua para que se triture bien).
Se sala ligeramente y se sofríe lentamente con 3 cucharadas de aceite.Cuando esté a media cocción, se le añaden el vino y las lonchas de jamón ibérico cortadas a tiritas, se remueve y se deja que se termine de hacer todo. Una vez cocinado, se reserva.
Por otro lado, se pone una olla con el agua al fuego, se le añade el hueso de jamón fresco y el diente de ajo, una pizca de sal y se deja hasta que empiece a hervir. Una vez esté hirviendo, se deja la olla la fuego unos 30 minutos a fuego lento y tapado, para que el hueso de jamón y el ajo, dejen en el agua todo su sabor.
Una vez pasados los 30 minutos, se sacan el ajo y el hueso de jamón y se incorpora al agua, el sofrito de cebolla y jamón. Se deja hervir unos 10 minutos, se rectifica de sal si es necesario y ya tenemos el caldo listo para emplatar.
Para emplatarlo, ponemos en platos hondos o en cuencos, pan cortado a rebanadas, el queso rallado, cortado a finas láminas o virutas y encima de todo, echamos el caldo con la cebolla, removiendo antes el caldo para que no se quede la cebolla en el fondo de la olla.
Servir inmediatamente.
Vino recomendado:
Un vino blanco tipo Blanc Pescador del Empordá.
Consejos y aclaraciones:
Hay una variante de la sopa de cebolla que se gratina al horno. Se hace casi igual, pero el queso se pone lo último y se introduce en el horno pre calentado y en la parte de arriba, unos 10-12 minutos hasta que el queso se haya dorado ligeramente.
Hay otra variante, que es la sopa de cebolla francesa, en la que se sustituye el aceite por mantequilla, la cebolla se carameliza, ( se le añade un poco de azúcar) y el queso utilizado es emental o gruyère.
La sopa también se puede hacer con la cebolla cortada a dados o juliana y en más cantidad, pero a mi me parece mucho más elegante y sabrosa si se tritura la cebolla.
La mejor cebolla, para hacer esta sopa tan antigua y de orígenes humildes, es la blanca de toda la vida. Tiene una sabor muy intenso y sabroso.
El jamón puede ser también del normal, la sopa queda también muy buena.
Podemos sustituir el queso manchego, por queso rallado para gratinar, ( el de los macarrones de toda la vida), o por queso en lonchas tipo tranchetes.
El hueso de jamón debe ser fresco, ni rancio, ni de los blancos con sal, si no estropean la sopa.
El pan puede ser de barra, baguette, chapata, etc., pero siempre del día anterior o más días, (si es seco, no pasa nada).
Se puede poner el queso sobre el pan y gratinarlo al horno, incorporándolo luego al caldo.
El pan también se puede poner, tipo picatostes.
El vino se puede eliminar si queremos, aunque si tienen que comer la sopa niños, no es problema si lo incorporamos, pues en la cocción el alcohol se evapora.
Hay una variante de la sopa de cebolla que se gratina al horno. Se hace casi igual, pero el queso se pone lo último y se introduce en el horno pre calentado y en la parte de arriba, unos 10-12 minutos hasta que el queso se haya dorado ligeramente.
Hay otra variante, que es la sopa de cebolla francesa, en la que se sustituye el aceite por mantequilla, la cebolla se carameliza, ( se le añade un poco de azúcar) y el queso utilizado es emental o gruyère.
La sopa también se puede hacer con la cebolla cortada a dados o juliana y en más cantidad, pero a mi me parece mucho más elegante y sabrosa si se tritura la cebolla.
La mejor cebolla, para hacer esta sopa tan antigua y de orígenes humildes, es la blanca de toda la vida. Tiene una sabor muy intenso y sabroso.
El jamón puede ser también del normal, la sopa queda también muy buena.
Podemos sustituir el queso manchego, por queso rallado para gratinar, ( el de los macarrones de toda la vida), o por queso en lonchas tipo tranchetes.
El hueso de jamón debe ser fresco, ni rancio, ni de los blancos con sal, si no estropean la sopa.
El pan puede ser de barra, baguette, chapata, etc., pero siempre del día anterior o más días, (si es seco, no pasa nada).
Se puede poner el queso sobre el pan y gratinarlo al horno, incorporándolo luego al caldo.
El pan también se puede poner, tipo picatostes.
El vino se puede eliminar si queremos, aunque si tienen que comer la sopa niños, no es problema si lo incorporamos, pues en la cocción el alcohol se evapora.
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