Ingredientes:
400 gr. de longaniza fresca de payés
1 tomate grande rojo y duro
8 pepinillos pequeños
1 cebolla blanca mediana
1/2 cucharada sopera de semillas de sésamo
1 cucharadíta de las de café de semillas de amapola
4 ramítas de perejil fresco
aceite de oliva virgen extra
pimentón dulce
sal
Preparación:
La longaniza, la ponemos en el congelador, durante 48 horas mínimo, para asegurarnos, de que cualquier bacteria, muere.
Al comer carne, pescado, marisco, etc., crudo, debemos asegurarnos de que se haya congelado previamente, para consumir el alimento con la máxima seguridad posible.
Una vez pasadas las 48 horas, dejamos descongelar la longaniza lentamente dentro de la nevera. Una vez descongelada, le quitamos la piel y la desmenuzamos con los dedos.
Le añadimos, el tomate, la cebolla, los pepinillos y el perejil, cortado pequeño. Le agregamos las semillas de sésamo y amapola, lo regamos con un hilo de aceite de oliva mezclado con un poco de pimentón, para darle color y sabor y un poco de sal, pues aunque la longaniza ya lleva sal y pimienta, al resto de ingredientes, les faltará algo de sal.
Una vez mezclado, lo ponemos en un molde, y si no tenemos, lo ponemos como mejor nos parezca, dándole forma con los dedos, redondo, rectangular, cuadrado...y lo servimos a temperatura ambiente.
Vino recomendado:
Un tinto joven tipo, Jardins negre 2015 del Empordá, de Cataluña, o un Parotet vermell 2014 de Valencia.
Servir entre 12-14 grados.
Comentarios y consejos:
La longaniza si puede ser, de la mejor calidad, cuanta más calidad tengan los productos, más bueno resultará el plato.
La longaniza, se puede sustituir por butifarra o salchichas, pero siempre buscando una calidad alta y un menor porcentaje de grasa, que es una de las características de las longanizas y butifarras catalanas, su bajo contenido en grasa y la calidad de la carne, que acostumbra a a ser de las puntas del lomo y otras partes magras del cerdo. Se le añade algo de panceta, para evitar que quede la carne reseca, pero la carne magra es lo que predomina.
Si comemos las butifarras, salchichas o longanizas, cocinadas, parte de la grasa se deshace y no molesta al paladar, pero como vamos a consumir el producto crudo, es muy importante que haya la menor cantidad de grasa posible, para que no se aprecie en el paladar, pues al no estar cocinada la longaniza, puede resultar desagradable en la boca.
El tomate puede ser el que queramos, rojo, verde, kumato, cherry de diferentes colores, pero siempre duros y con colores vivos que destaquen y hagan un plato vistoso y atractivo.
Los pepinillos, se pueden sustituir por alcaparras o alcaparrones.
La cebolla también puede ser la que queramos, (mejor si no pica demasiado), aunque como el tomate, a más color, más atractivo el plato.
Las semillas de sésamo y amapola, se pueden sustituir, por pipas de calabaza, de girasol, por piñones, nueces troceadas, pasas, etc., siempre cuidando de que no haya alguien alérgico o intolerante a estas semillas o frutos secos.
Si queremos el tartar algo picante, podemos sustituir, el pimentón dulce, por pimentón picante.
Antes de manipular comida, siempre hay que lavarse las manos y sobre todo cuando vamos a preparar productos crudos.
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